Tu estado de ánimo es el nivel en el que te encuentras para emprender alguna acción. Es como medir la temperatura de tu motor y saber cual es la potencia de la que dispones en ese mismo momento, pero ¿por qué nos influyen tanto las cosas del exterior, de la sociedad y de este mundo?.
El hombre está adaptado para captar y recibir, para evolucionar y aprender de lo que nos rodea, colaborar y estar en equilibrio con el entorno para sacarle el máximo provecho. Pero el problema recae cuando la sociedad y todo lo que nos rodea es perjudicial para nosotros; entonces sí que está en peligro nuestra forma de sentirnos y dependerá de que consigamos lo que nos hemos propuesto o que fracasemos antes de empezar.
Hoy vivimos en una sociedad cegada por la inercia y la rutina de la vida, con gente sin capacidad para pararse, apreciar y disfrutar unos instantes de lo que nos rodea. Todo pasa a una velocidad que apenas si nos da tiempo a distinguir lo bueno de lo malo, lo beneficioso de lo perjudicial.
Acabarás como el resto de las personas, muriendo no solo físicamente sino lo que es peor, mental y espiritualmente.
Nuestro cuerpo actúa como un imán que atrae lo que nuestra sociedad esparce, tanto si es bueno como si es malo, y sin embargo tenemos un filtro muy deteriorado por la rutina que deja pasar todo a nuestro interior, haciendo que nuestra forma de sentirnos y por lo tanto de actuar, cambie.
¿Te has sentido alguna vez lleno de euforia y ánimos en un día lluvioso, frío y con fuertes tormentas? Captamos el exterior que nos rodea y lo introducimos en nuestro interior, con lo que ya tenemos no solo nuestro propio peso, sino también el peso de todo lo que nos rodea.
Tus estados de ánimo no deben verse alterados por situaciones tan vanas y superficiales que tanto abundan en nuestra mundo actual. Debes actualizar tus filtros e impedir que detalles de tu propio ambiente cambien tu manera de sentir y tus propias emociones.
¿Has probado a saltar varias veces en días apagados y lluviosos en los que nadie tiene ganas de nada? Combate aquello que recibes con lo contrario; es igual que si alguien te insulta y le das las gracias....¿por qué? Simplemente, porque no merece la pena que una simple palabra destroce literalmente mi forma de ser y de sentirme.
Tú eres como eres, y sientes lo que sientes, y nada de la sociedad que hay alrededor nuestra debe influenciarnos en que seamos de una forma distinta y sintamos las emociones de distinta manera.
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